A 19 días de iniciar el año 2026, y sin una bajada informativa oficial previa, se
adopta a nivel central una decisión que altera profundamente la forma de operar
dentro del Parque Nacional Torres del Paine. Una vez más, el centralismo se
impone sobre el conocimiento territorial, pasando a llevar al personal de CONAF
Magallanes y a su propio directorio, quienes quedan con las manos atadas frente
a medidas definidas desde Santiago y sin diálogo con quienes gestionan día a día
la principal Área Silvestre Protegida del país.
Como gremios del sector turismo, llevamos semanas solicitando información sobre
distintos puntos críticos por todas las vías posibles, sin obtener respuesta.
También hemos pedido reuniones sectoriales urgentes, que hasta hoy no se han
concretado. En lugar de generar políticas que faciliten y fortalezcan la operación
del Parque, se han introducido cambios que dificultan el acceso y generan
incertidumbre en plena temporada alta.
No podemos dejar de señalar que existe un cansancio profundo en el sector por
no ser escuchado ni considerado en decisiones que afectan directamente nuestro
trabajo. Nos preocupa que, pese a ser una actividad estratégica para la región y el
país, el turismo y sus visitantes no reciban la importancia que durante décadas
hemos construido con esfuerzo, inversión y compromiso.
Si bien los procesos de modernización, regulación de flujos y trazabilidad son
necesarios, estas medidas llegan de forma tardía y completamente desconectadas
del funcionamiento real de quienes trabajan en el territorio. Todo esto ocurre con
un CONAF regional haciendo lo que puede, intentando responder por decisiones
adoptadas desde Santiago sin considerar la complejidad de una región extrema. A
ello se suma una plataforma con importantes deficiencias de funcionamiento, que
confunde a los viajeros, entorpece la labor de los operadores locales y encarece la
experiencia de quienes desean visitar el Parque más de una vez sin realizar
circuitos de trekking.
Durante las últimas semanas, la información ha sido confusa, tardía y
contradictoria. Las autoridades han guardado silencio, y la distancia entre lo que
se comunica y lo que ocurre en terreno ya está afectando la imagen y seriedad del
destino, en un momento especialmente delicado debido a los recientes
acontecimientos. Esto impactará directamente el trabajo de guías, tour
operadores, transportistas, alojamientos, artesanos y toda la cadena de valor
asociada. Las medidas informadas son de tal complejidad que, incluso después de
la reunión convocada por CONAF, quedaron más dudas que certezas.
Como sector, creemos que cualquier modificación de esta magnitud debe
construirse junto a quienes conocen el día a día de la operación. Además, debe
comunicarse con la debida anticipación y acompañarse de capacitación,
orientación y un análisis serio de impacto. Lo que observamos hoy es una
preocupante falta de visión estratégica.
Solicitamos frenar esta implementación y comenzar con un piloto la próxima
temporada invernal, el que se construya en conjunto y contribuya realmente al
fortalecimiento del Parque Nacional Torres del Paine y al desarrollo sostenible del
turismo regional.
Porque así, con improvisación, poca información y nula coordinación, no se
construye el destino de clase mundial del que solemos jactarnos como país.
Atte;
Cámara de Turismo de Última Esperanza
Cámara de Turismo de Magallanes Austro Chile A.G.
Asociación de Hoteles y Servicios Turísticos de Torres del Paine - HYST